martes, 2 de agosto de 2016

Ejercitarse después de los 45 años. Es posible

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  Cada día existen mayor cantidad de pruebas que demuestran que la actividad física regular es beneficiosa para la salud, a diario recomendamos a nuestros pacientes ejercitarse; pero pocas veces tomamos en cuenta aspectos como el tiempo de inactividad, deportes que con anterioridad haya practicado de manera recreativa o regular, disposición al ejercicio y limitaciones físicas para el mismo, enfermedades que pudiesen representar más un riesgo ej. cardiopatías, edad del individuo entre otros.

  Generalmente a quienes nos toca recomendar  el realizar  actividad física en beneficio de su salud son adultos que llegaron a nuestra consulta por presentar alguna patología, muchos de ellos sedentarios, con sobrepeso u obesidad, hipertensión, diabetes, fumadores o con problemas articulares; es decir personas cuya condición física no es la misma que la de un adulto joven que se va a iniciar en cualquier actividad física. Sin embargo, ninguna de estas limitaciones debe ser la excusa para no guiar y estimular a nuestros pacientes a ejercitarse.

Al recomendar el ejercicio físico debemos tomar en cuenta varios aspectos importantes:

1.     Preferir el ejercicio aeróbico antes del anaeróbico es decir recomendar inicialmente caminatas en sitios planos a un ritmo regular y constante; si es a diario mejor de lo contrario existen suficientes evidencias que ejercitarse al menos 3 veces por semana por periodos de hasta 10 minutos son beneficiosos para la salud. Una vez adaptado se pueden incrementar las distancia y tiempos de ejercicio. Otras actividades como la natación y el ciclismo son equivalentes en el beneficio de caminar.

2.     Antes de comenzar a ejercitarse es deseable una evaluación médica de preferencia por el médico internista, esta evaluación no debe ser compleja con la historia clínica y exámenes de laboratorio, electrocardiograma y estudios radiológicos es suficiente para una aproximación inicial a las posibles limitaciones o riesgos del ejercicio en el paciente; a partir de esta exploración se decidirá si son recomendables otras exploraciones como prueba de esfuerzo en pacientes bien seleccionados.

3.     Al momento de ejercitarse recordar la importancia de ejercicios de estiramiento minutos antes del inicio de la actividad muchas de las lesiones que ocurren en deportistas de ocasión no son producto del ejercicio per se sino por no seguir esta recomendación.

4.     Orientar al uso de ropa y calzado adecuado para el ejercicio recomendado; el que sea adecuado no es necesariamente sinónimo de costoso, más aún si la práctica del ejercicio va a ser recreativa y no profesional o semi profesional. Especial atención a la selección del calzado adecuado importante para evitar molestias en pies, rodillas y zona lumbar.

5.     Advertir que si ha pasado mucho tiempo sin ejercitarse es posible que surjan algunas molestias físicas, dolores musculares o articulares, fatiga entre otros; si las molestias son intensas o continuas es mejor parar temporalmente la actividad y revisar que se está haciendo mal, generalmente esto ocurre cuando hay sobre entrenamiento o una técnica inadecuada en la ejecución de la actividad.

6.     Todo plan de ejercicio debe ir acompañado de una dieta adecuada; pocas veces tomamos en cuenta recomendar la ingesta de líquidos abundantes para garantizar un estado de hidratación adecuado especialmente si el ejercicio se va a ser vigoroso o en climas desfavorables con temperaturas y condiciones de humedad relativa altas (caliente y húmedo).  

7.     Así como existen recomendaciones antes de hacer ejercicio, no es menos importante prestar atención al periodo de recuperación repitiendo algunos ejercicios de estiramiento y prestando atención al descenso de la frecuencia cardiaca y algunos síntomas relacionados a la fatiga y agotamiento físico. (Hay disponibles el mercado monitores portátiles de frecuencia cardiaca unos más costosos que otros no estrictamente necesarios)

8.     Llevar un diario donde se registren datos como tiempo de ejercicio, distancia, frecuencia cardiaca antes de comenzar y después de la actividad física, molestias o síntomas durante y después del ejercicio.

  En consultas posteriores compartir con el paciente su experiencia donde es importante tomar en cuenta la vivencia del individuo, su actitud y motivación para seguir ejercitándose; un importante número de personas deja de ejercitarse en algún momento; las razones son múltiples: falta de tiempo, aburrimiento, molestias físicas o lesiones, desmotivación, fatiga o cansancio etc.

Dr. Carlos E Fernandez R
Medicina Interna.
drcarfer@gmail.com